El clotrimazol oral: ¿Para qué se usa?

Su uso debe ser recetado por un médico, quien deberá indicar las dosis y la forma de aplicación en dependencia de las peculiaridades de la infección que padezca la persona.
La acción principal del clotrimazol oral consiste en eliminar las bacterias que provocan las infecciones en el organismo humano. Por tal razón, es recomendado para el tratamiento de las infecciones urinarias, de los pulmones, intestinos e incluso en las infecciones de los oídos. También se suele emplear en el tratamiento de las diarreas del viajero ocasionadas por diversas bacterias. Se debe tener en cuenta que los especialistas siempre recomiendan que no se emplee en los casos de resfríos, gripes u otras infecciones virales si no ha sido orientado antes por el médico.
Vale aclarar que existen personas que son alérgicas al cotrimazol por lo que deben usarlo con especial atención. Lo mismo vale para quienes consumen diferentes fármacos que tienen principios activos idénticos o para las personas que consumen diuréticos, sulfonamidas u otros medicamentos orales para la diabetes. También se debe ser muy precavido en el caso de los pacientes que han padecido de enfermedades del hígado, el riñón, alergias severas o que presentan deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenada.
Otro detalle a tener en cuenta cuando se consume el cotrimazol es que se debe ingerir siempre la dosis exacta y a la hora indicada. En este caso, el médico de cabecera será la persona más indicada para determinar dosis y horarios en relación con la sintomatología y el historial clínico.
Entre los posibles efectos adversos del cotrimazol puede aparecer: malestar estomacal, vómitos, pérdida del apetito, sarpullido, picazón, dolor de garganta, fiebre, lesiones en la boca o sangrado inusual, palidez y dolores en las articulaciones. Ante cualquiera de estas manifestaciones es importante acudir inmediatamente al médico quien estudiará nuevamente el caso en busca de un tratamiento más efectivo.
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