Dejar de fumar: ¿Cómo influye la publicidad?

Dejar de fumar ya no es solo un interés personal sino que se ha convertido en un verdadero problema social que debe ser solucionado. ¿Cómo? Implementando proyectos para proteger a las personas del humo, proyectos para ayudar a los fumadores a dejar el tabaco, a partir de las prohibiciones en cuestiones relacionadas con la publicidad y la promoción del cigarrillo, aumentando los impuestos sobre el tabaco y realizando campañas publicitarias sobre los efectos negativos del tabaco.

En este sentido, durante la última década se ha desarrollado un gran movimiento publicitario orientado a reflejar en las cajetillas de cigarro imágenes de las consecuencias negativas del tabaquismo. Pulmones descompuestos, bocas destrozadas, gargantas tumorosas, operaciones a corazón abierto… estas y otras imágenes impactantes acompañan el 40% del reverso de las cajetillas de tabaco desde hace ya algún tiempo.

Alrededor de esta “novedosa” campaña publicitaria se han desatado múltiples debates que se cuestionan la verdadera eficacia de estos mensajes. Y es que, lo que algunos especialistas valoran de positivo y esclarecedor para otros resulta en extremo agresivo y lacerante.

Lo cierto es que en los Estados Unidos, del 91% de las personas que había leído las advertencias de las cajetillas y observado sus imágenes, entre un 11% y un 16% afirmó que tenía la intención de dejar de fumar, un 23% lo intentó, un 24,3% que redujo realmente el consumo y un 10,8% abandonó del todo este hábito luego de tres meses de seguimiento.

No obstante, a pesar de que los resultados parecen alentadores, los especialistas explican que este tipo de campaña publicitaria resulta muy efectiva a corto plazo pero que una vez que el fumador ha visto las mismas imágenes una y otra vez, estas ya no ejercen ningún efecto anti-tabaco. De hecho, incluso hay quienes afirman que las imágenes demasiado impactantes provocan que la persona las borre de su memoria ya que le resultan demasiado “fuertes” y “desequilibrantes” como para poder identificarse con ellas.

Así, los especialistas proponen que se estudien nuevas campañas publicitarias con un contenido más informativo y menos aterrorizante.

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