¡Cuidado con la leche de arroz!
En los últimos años se han puesto de moda una serie de bebidas alternativas a la leche de vaca, una de ellas es la leche de arroz. Una de las principales razones que ha impulsado esta nueva tendencia radica en el hecho de que la leche de arroz contiene menos grasas. No obstante, también es más fácil de digerir, tiene menos poder alérgeno y no contiene lactosa.
Como lo indica su nombre, la leche de arroz se realiza a partir del grano del arroz. En práctica, el arroz previamente molido y cocido, se somete a un proceso de fermentación. Después se le añaden algunos componentes para potenciar el sabor, como puede ser canela o azúcar.
Esta leche es particularmente energética debido a su elevado contenido de hidratos de carbono. También ayuda a mejorar el tránsito intestinal, estimula el sistema inmunológico y ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, a lo cual contribuyen los flavonoides.
Sin embargo, la leche de arroz también tiene su lado oscuro. Recientemente el Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica de España dio la voz de alarma al analizar los niveles de arsénico que se encuentran en esta bebida.
El arsénico es una sustancia que se encuentra presente en diferentes alimentos pero la exposición prolongada tiene efectos tóxicos y aumenta el riesgo de sufrir diferentes enfermedades, entre ellas el cáncer.
Según este estudio, las concentraciones de arsénico inorgánico que se encuentran en las leches de arroz, sobre todo las que se realizan con arroz integral, son demasiado altas para los bebés y niños ya que, al estar en pleno desarrollo, la exposición a este metaloide podría tener consecuencias negativas para su salud.
Por tanto, aunque para los adultos la leche de arroz es inocua, no se recomienda su consumo en los pequeños. Además, no debemos olvidar que la leche de arroz prácticamente no contiene proteínas ni calcio, nutrientes esenciales para el desarrollo de los niños.
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