Comer tierra: ¿Una práctica beneficiosa?
Según las estadísticas mundiales, entre un 10% y un 30% de los niños menores de seis años de edad comen tierra. Este hábito alimenticio es relativamente “normal” entre las personas con retraso mental y en mujeres embarazadas. No obstante, hasta el momento no existe una teoría que explique perfectamente este fenómeno.
En términos médicos, comer tierra se conoce con el nombre de geofagia y realmente es un fenómeno muy antiguo (entendido desde el punto de vista cultural) que se cree comenzó en los Andes Centrales y posteriormente se extendió hacia el resto de los países. Pero… ¿qué motiva a las personas a comer tierra?
Para responder a esta pregunta un grupo de especialistas examinaron más de 480 informes que referían casos de personas que comían tierra. Así, encontraron que las personas comen tierra generalmente luego de hervirla y cuando no comen suficientemente como para sentirse saciados. No obstante, se puntualiza que este fenómeno no está relacionado con los recursos económicos ya que existen personas que comen tierra incluso cuando tienen a su disposición comida en abundancia.
Además, también se pudo individuar que el tipo de tierra más consumida es una especie de arcilla que no es rica en minerales y que generalmente tiende a impedir la absorción de los nutrientes en el tracto digestivo.
Los investigadores consideran que el consumo de tierra ejerce una acción protectora sobre el organismo contra los parásitos y los agentes patógenos, sobre todo en las mujeres al principio del embarazo y en los niños preadolescentes que son particularmente proclives a la infección por gérmenes y parásitos. De hecho, esta idea se ve sustentada por el hecho de que el mayor consumo de tierra se realiza en climas tropicales donde son muy comunes los agentes patógenos alimentarios, por lo que es frecuente que las personas ante los problemas gastrointestinales, ingiera tierra.
Existe otra teoría que postula que esta conducta podría estar relacionada con la insuficiencia de determinados minerales en el organismo aunque en la actualidad esta idea no se ha comprobado. No obstante, ya sea por una causa o la otra, los especialistas afirman que comer tierra no es una conducta extraña y desadaptativa sino que podría ser un acto beneficioso para el ser humano.