Cinco hábitos que provocan la caída del pelo
Con los cambios de estación y el estrés solemos perder más cabellos, es algo normal. Sin embargo, en ocasiones somos nosotros quienes contribuimos a la caída del pelo con nuestros hábitos. Por eso, ahora nos referiremos a esas costumbres que pueden afectar la salud de tu cabellera.
1. Abusar del calor. En la actualidad es prácticamente impensable lavarse la cabeza y no recurrir al secador o a la plancha para el pelo. Sin embargo, el calor excesivo es el enemigo número uno del pelo ya que lo debilita y termina provocando su caída. Por eso se recomienda que cuando uses el secador intercales aire frío y caliente y que no uses la plancha todos los días, lo ideal es que apuestes por una temperatura media, nunca la más elevada.
2. Envolver la cabeza en una toalla para secar el pelo. Lo hacemos con bastante frecuencia pero lo cierto es que esta no es la mejor manera para secarse el pelo, lo ideal es que este se airee. Por tanto, cuando te laves la cabeza, no estrujes el pelo ni frotes con la toalla, da pequeños golpecitos, como si se tratase de la delicada piel de un bebé. Tampoco se recomienda peinarse inmediatamente, espera a que el cabello esté más seco.
3. Recurrir a fijadores muy fuertes. El uso frecuente de las cremas, spray o lacas para fijar el peinado puede terminar provocando la caída del pelo, sobre todo si se trata de productos muy fuertes. De hecho, los fijadores de peinado no solo hacen que el cabello sea más difícil de peinar sino que también lo dañan y hacen que sea más frágil.
4. Cepillarse demasiado. En realidad, no es cierto que cepillarse mucho el cabello ayuda a que se mantenga más fuerte y con más brillo, todo lo contrario. Todos los extremos son malos y cepillarse en exceso puede ser perjudicial ya que hace que las puntas se abran y acelera la caída del cabello.
5. Colocarse extensiones. Apostar por las extensiones, al igual que hacerse colas de caballo o peinados demasiado apretados provocan la caída del cabello ya que lo estiran demasiado. Cuando el pelo está bajo una tensión permanente, se vuelve más débil y quebradizo y, al final, termina cayéndose.
Imagen del artículo
