¿Qué es la culebrilla?

Probablemente todos en alguna ocasión hemos escuchado que alguien está afectado de culebrilla. Pero… ¿sabes qué es la culebrilla? ¿Cuáles son sus síntomas y tratamiento?

La culebrilla (herpes-zoster en la terminología médica) es una enfermedad viral que se desarrolla a partir del virus de la varicela. Una vez que la varicela ha pasado, algunas partículas virales quedan en el organismo y éstas se trasladan de las ampollas en la piel al sistema nervioso, donde se instalan dentro de las neuronas. Con el paso del tiempo el virus de la varicela se reactiva y se desplaza por las fibras nerviosas que se extienden desde los cuerpos de las células sensoriales hasta la piel. Entonces aparece la culebrilla.

Cuando se desarrolla la culebrilla el sistema nervioso se compromete de manera mucho más fuerte que durante la varicela. Esto se evidencia en el hecho de que las manifestaciones de la culebrilla son mucho más complejas y severas en comparación con la varicela. La culebrilla suele aparecer en aproximadamente el 10% de las personas adultas, sobre todo cuando se sobrepasan los 50 años pues es una enfermedad que tiende a aumentar su incidencia con el paso del tiempo, aunque su aparición dependerá casi siempre de una debilitación en el sistema inmunológico.

El primer síntoma que avizora su presencia suele ser un hormigueo o dolor como de quemadura sobre o debajo de la piel. También pueden manifestarse síntomas como: fiebre, escalofríos, dolor de cabeza e incluso malestar estomacal. Con el paso de los días comienza a aparecer sobre la piel enrojecida una erupción formada por pequeñas ampollas llenas de líquido muy parecidas a las de la varicela y generalmente la persona siente un dolor intenso, pudiendo incluso experimentar algunos espasmos a partir de un simple toque sobre la piel. También se siente mucha picazón aunque con menor intensidad que en la varicela.

Las ampollas aparecen frecuentemente en forma de banda (llamada dermatoma) que se dispersa por un lado del tronco, alrededor de la cintura o en algún lado de la cara. Estas lesiones pueden durar de 3 a 5 semanas y casi nunca dejan cicatrices.

La culebrilla no es contagiosa pues, a diferencia de la varicela, necesita de un periodo de incubación previo en el sistema nervioso de la persona. Además, para manifestarse debe esperar la debilitación del sistema inmunológico. Para prevenir la culebrilla se utiliza una vacuna que tiene resultados muy favorables si bien no es 100% efectiva.

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