pericarditis

Pericarditis, inflamación del pericardio, una membrana o saco que envuelve el corazón. Se presenta en dos formas: aguda y constrictiva. La pericarditis aguda suele ser consecuencia de una infección vírica, fúngica o bacteriana, pero también de otras enfermedades, como la insuficiencia renal crónica. El síntoma más destacado es un dolor intenso en el centro de la región torácica que puede irradiar hacia el cuello, los hombros y la parte alta de los brazos. A veces causa también falta de aliento o fiebre ligera. Además de la inflamación, se puede acumular líquido en el pericardio, lo que da lugar a un estado que se llama efusión pericárdica. En casos raros la efusión es de magnitud suficiente para interferir con el bombeo cardiaco; para drenar el exceso de líquido se inserta una aguja en el tórax. La pericarditis aguda afecta sobre todo a los varones entre 20 y 50 años y normalmente no es peligrosa. La pericarditis constrictiva es consecuencia de la inflamación crónica del pericardio o bien de ciertas enfermedades, como la tuberculosis; con frecuencia la causa nunca llega a conocerse. El pericardio se presenta engrosado y comprimido de manera permanente. Junto con la acumulación de líquido, el engrosamiento impide la expansión y el llenado completo del corazón. Se presenta con síntomas como hinchazón del abdomen y las piernas, respiración difícil y dilatación de las venas del cuello. Se diagnostica con ayuda de radiografías del tórax, electrocardiograma (ECG) y ecocardiograma (para descartar el ataque cardiaco) y análisis de sangre. A veces se recurre a la resonancia magnética y a la tomografía axial computerizada (TAC) para medir el espesor del pericardio (véase Rayos X). La pericarditis aguda se trata eliminando la causa o esperando a que la infección basal remita por sí sola. A veces se prescriben analgésicos para aliviar el dolor y diuréticos para eliminar el exceso de retención de agua. El periodo de recuperación de la pericarditis aguda es generalmente de dos a tres meses. La pericarditis crónica puede amenazar la vida del paciente, porque el exceso de líquido impide el llenado correcto del corazón y hace inevitable la insuficiencia cardiaca derecha. La pericarditis constrictiva se resuelve mediante una intervención quirúrgica llamada pericardiotomía, que consiste en la extirpación de las zonas más rígidas y gruesas del pericardio.
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