gingivitis

1 INTRODUCCIÓN Gingivitis, inflamación no dolorosa o degeneración del tejido de la encía (véase Odontología). Las encías saludables son firmes y de un color rosado y regular, y el tejido de la encía llena uniformemente los espacios entre los dientes. En la gingivitis, el tejido que hay entre los dientes se vuelve tumefacto y desigual; el tejido en la línea de la encía (el punto en que el diente se encuentra con la encía) se vuelve más oscuro, y la encía sangra con facilidad. En casos avanzados, la boca desprende un olor muy desagradable. Puede comenzar en la pubertad, pero lo más frecuente es que aparezca en los adultos, generalmente como resultado de una higiene dental deficiente. Las personas que padecen ciertas enfermedades, como diabetes mellitus o síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), son más proclives a desarrollar ese desorden. Los cambios hormonales, como los que tienen lugar durante el embarazo, también pueden hacer que una persona sea más susceptible de padecer gingivitis. 2 DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD Está causada por el aumento de la placa bacteriana, una película de bacterias que se pega a los dientes en la línea de la encía. Las toxinas liberadas por estos microorganismos irritan las encías, provocando que se hinchen y sangren, lo que permite a la bacteria penetrar en el interior de la línea de la encía, en un área conocida como surco gingival. El surco gingival, caliente, húmedo y protegido de la lengua y el movimiento de los dientes al masticar, proporciona a la bacteria un medio perfecto para desarrollarse. Además, los delicados tejidos del surco son especialmente vulnerables a las fuertes toxinas producidas por las bacterias. A medida que éstas crecen y liberan toxinas, crean una sólida bolsa de placa bacteriana bajo la línea de la encía. Esa bolsa llena de bacterias hace que las encías cada vez se inflamen más, lo que debilita los tejidos y permite que la placa se expanda aún más. En caso de no ser tratada, la gingivitis progresa hasta el siguiente estadio de la enfermedad, conocido como periodontitis, en el que la inflamación no sólo daña la encía, sino que también destruye los huesos y ligamentos que soportan los dientes. Finalmente, las encías se separan de los dientes y estos pueden empezar a caerse. 3 TRATAMIENTO El primer paso en el tratamiento de la gingivitis consiste en una limpieza profesional a fondo de los dientes, para eliminar toda la placa bacteriana. Ese proceso reviste una especial importancia, porque la placa puede solidificarse en una forma mineral llamada cálculo, que sólo puede ser retirada mediante instrumentos específicos. Además, las estructuras dentales que pueden dificultar la eliminación de la placa, como empastes rotos o puentes, pueden ser fijados durante la limpieza regular de los dientes. Es muy importante que el paciente sea instruido en las medidas higiénicas que debe practicar en su propio hogar, como un cepillado regular y un uso eficaz del hilo dental. Los dentistas recomiendan cepillarse con un cepillo de nailon muy suave dos veces al día durante dos o tres minutos. La limpieza diaria con hilo dental también es importante, siempre que se use una técnica correcta, que incluye la limpieza de las superficies de la raíz del diente, justo debajo de la línea de la encía. Finalmente, son esenciales las visitas regulares al dentista para realizar chequeos y una limpieza profesional.
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