fiebre
1 INTRODUCCIÓN Fiebre, elevación sostenida de la temperatura corporal. La temperatura corporal normal es de 37 °C. Esta cifra varía en función de dónde se efectúe la medición (la rectal es casi un grado más alta que la bucal), la hora del día (los valores más bajos se alcanzan por la mañana y los más altos a media tarde), el sexo de la persona (las mujeres suelen tener cifras algo más altas) y de la actividad física (durante el ejercicio se incrementa la temperatura). La fiebre es un estado patológico debido a una alteración del mecanismo regulador de la temperatura. Los síntomas típicos del estado febril incluyen taquicardia, taquipnea (aumento de la frecuencia respiratoria) y cefalea. La fiebre también origina, por sudoración, una gran pérdida de agua del organismo, pudiendo ocasionar una deshidratación. La pérdida de agua y de apetito y la destrucción de proteínas corporales, ocasiona pérdida de peso. La deshidratación explica los síntomas añadidos de sequedad cutánea, boca seca y estreñimiento. 2 ESTADIOS La mayoría de los episodios febriles pasan por tres estadios diferentes. El primero se inicia con escalofríos y sensación de frío que pueden ir acompañados de temblores violentos; la piel está fría y pálida porque disminuye el flujo de sangre y el paciente experimenta cefalea y pérdida de apetito. El segundo estadio se inicia media hora después del escalofrío: la piel se enrojece y calienta y la temperatura alcanza su pico máximo. Tras un periodo variable de una a varias horas empieza a bajar la temperatura y se inicia el tercer estadio: aumenta profusamente la sudoración y la producción de orina y el paciente empieza a encontrarse mejor. 3 FLUCTUACIONES Las variaciones de temperatura son características de las distintas enfermedades, por lo que un cuidadoso examen de la gráfica térmica es útil para un correcto diagnóstico y tratamiento. La temperatura puede bajar despacio, por lisis, como en la fiebre tifoidea, o bajar de forma brusca, por crisis, como en la neumonía. Si la fiebre se mantiene alta durante varios días, sólo con pequeñas fluctuaciones, se llama fiebre contínua. Si presenta grandes fluctuaciones y altibajos se llama fiebre remitente. Si baja a determinadas horas del día y sube a otras se llama fiebre intermitente. 4 FISIOPATOLOGÍA La temperatura máxima que puede alcanzar el cuerpo humano es de 42-43 °C, aunque las cifras superiores a 41 °C son raras y peligrosas. La fiebre produce destrucción de grasas y de proteínas estructurales, llegando, en casos de fiebre muy elevada (por encima de 41 ºC), a desencadenar la muerte celular en los centros cerebrales vitales. Se cree que la fiebre moderada es beneficiosa en muchas enfermedades infecciosas, ya que es un fenómeno fisiológico que contribuye a la curación. Con este fin se han ensayado cabinas especiales de aire acondicionado para producir fiebre artificial. Muy utilizados son los tratamientos locales de electroterapia o diatermia (microondas, onda corta, ultrasonidos, láser) con efecto analgésico y antiinflamatorio; son útiles para los pacientes con artritis, artrosis, enfermedades musculares y tendinosas, alteraciones cutáneas y algunas patologías neurológicas. La fiebre artificial se utilizó para el tratamiento de la neurosífilis: en 1917 el neuropsiquiatra austriaco Julius Wagner von Jauregg observó que los pacientes con esta enfermedad mejoraban mucho cuando padecían malaria. Esta terapia cayó en desuso con el descubrimiento de la penicilina. Las enfermedades denominadas “fiebres” son aquellas en las que el aumento de la temperatura es el síntoma predominante: fiebre recurrente, fiebre reumática, escarlatina (fiebre escarlata), brucelosis (fiebre ondulante o fiebre de Malta o fiebre mediterránea) y fiebre amarilla.