No reemplaces calorías, reemplaza nutrientes
Las necesidades energéticas de las personas son distintas, y por ello es útil determinar el número de calorías que cada persona necesita, y en función de ello programar una dieta, contemplando si se desea mantener el peso, disminuirlo o aumentarlo. Sin embargo, un régimen alimenticio es mucho más que un valor que no se puede sobre pasar.
Si bien muchas dietas se clasifican en función de la cantidad de calorías que permiten comer por día, esto no significa “comer cualquier cosa” dentro de ese valor. Y aunque esto pudiera parecer obvio, muchas veces las personas seleccionan sus alimentos únicamente mirando el aporte calórico de los mismos.
No se puede reemplazar un alimento por otro únicamente porque tienen el mismo valor energético. La elección de una comida debe basarse en que ambas tengan macro y micronutrientes similares. Por ejemplo, una barra de chocolate de 20 gramos promedio puede aportar alrededor de 90 calorías, mas mismas que un plátano. Sin embargo, mientras que la primera aporta 25% de grasas, los lípidos de la fruta son ínfimos. Además, el plátano aporta vitaminas y minerales como el potasio, que no están presentes en la barra.
La diferencia no está sólo en cuanto más saludable puede ser un alimento en función de sus nutrientes, sino en que el cuerpo los utiliza de diferente forma, y por ello ciertos nutrientes ayudan más a adelgazar, aunque posean las mismas calorías.
Si ingerimos alimentos cuya composición sea mayormente de grasa, esta irá destinada en su gran mayoría a quedar como reserva, es decir, que se acumulará y contribuirá a la obsesidad. Si bien un exceso de carbohidratos y proteínas también podrá acumularse como adiposidad, estos cumplirán en primer lugar sus respectivas funciones (proveer energía y trabajar en la construcción muscular respectivamente).
Por ello no hay que dejarse engañar por aquellas dietas que ofrecen “comer lo que sea”, dentro de cierto rango. Una dieta equilibrada implica incluir todos los nutrientes en su justa medida.