Los riesgos de reducir demasiado el consumo de sodio
Numerosos estudios han comprobado que el consumo excesivo de sodio, conocido comúnmente como sal, puede ser perjudicial para la salud vascular. De hecho, una investigación publicada en la revista Circulation afirma que el consumo excesivo de sal puede aumentar a largo plazo el riesgo de padecer hipertensión arterial. Sin embargo, recientes hallazgos científicos sugieren que reducir demasiado el consumo de sodio también puede ser perjudicial para la salud.
¿Por qué consumir muy poco sodio es perjudicial para la salud?
– Estimula la resistencia a la insulina. Un estudio realizado en conjunto por el Brigham and Women’s Hospital y la Harvard Medical School ha demostrado que mantener una dieta baja en sodio por más de una semana puede aumentar la resistencia del cuerpo a la insulina. Un problema de salud que se ha relacionado con un riesgo mayor de padecer enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y algunas enfermedades del corazón.
– Incrementa el riesgo de muerte por insuficiencia cardiaca. Una investigación realizada por expertos de la University of Exeter ha encontrado que las dietas bajas en sodio aumentan el riesgo de muerte en las personas con insuficiencia cardiaca. De hecho, los investigadores hallaron que las personas con insuficiencia cardiaca que restringieron drásticamente la ingesta diaria de sodio tenían hasta un riesgo 160% mayor de morir.
– Aumenta los niveles de colesterol y triglicéridos. Un estudio publicado en Cochrane Database of Systematic Reviews ha encontrado que una dieta baja en sodio puede provocar un aumento del 4,6% del colesterol LDL en sangre y de hasta el 5,9% de los triglicéridos. Asimismo, otra investigación publicada más recientemente en la misma revista halló cifras muy similares: un incremento del 2,5% del colesterol y hasta un 7% de los triglicéridos en sangre en las personas que consumían muy poco sodio.
– Incrementa el riesgo de hiponatremia. La hiponatremia es un trastorno caracterizado por la presencia de bajos niveles de sodio en sangre como consecuencia de una ingesta reducida en exceso. Sus síntomas son muy similares a los que provoca la deshidratación y puede causar desde inflamación y dolores de cabeza hasta convulsiones, coma e incluso la muerte. Afortunadamente es una alteración que puede prevenirse regulando la ingesta de sodio.