La soledad provoca cambios en el cerebro

soledadLa soledad, cuando no la buscamos, afecta nuestro bienestar psicológico y nuestras relaciones sociales. Este no es un secreto para nadie. Sin embargo, estudios recientes han desvelado que la soledad también repercute en nuestra salud física. De hecho, se ha demostrado que afecta la calidad del sueño, a la vez que deprime el sistema inmune y aumenta el riesgo de padecer hipertensión arterial, déficit cognitivo e incluso de morir tempranamente.

Hasta hace muy poco se pensaba que estos efectos se debían a la falta de apoyo social y a los estilos de vida poco saludables pero ahora un estudio realizado en Reino Unido ha encontrado que la soledad no es una consecuencia de los problemas psicológicos o físicos, sino que es la causa de los mismos.

El mecanismo que se esconde detrás de la soledad

La soledad, más que un estado, es una alteración de la percepción. Esto explica por qué una persona introvertida que se comunica a través de las redes sociales puede no sentirse sola, mientras que alguien que mantiene una intensa actividad social puede estar sumido en la soledad. Sin embargo, la soledad no solo altera la percepción sino que va un paso más allá y daña el funcionamiento químico y estructural del cerebro.

Las imágenes funcionales del cerebro de personas que se sienten solas sugieren que existe una disminución en el número de neuronas relacionadas con la percepción de los aspectos gratificantes de las relaciones sociales. En otras palabras, la soledad hace que las personas tengan dificultades para percibir los aspectos positivos del contacto social debido a un cambio en la estructura cerebral.

Asimismo, se han encontrado alteraciones en el área cerebral encargada de predecir lo que las otras personas piensan, tendrían dificultades para manejar lo que se conoce como la “Teoría de la Mente”. Los neurocientíficos consideran que de esta forma, no logran ser empáticos y sus relaciones interpersonales se ven seriamente afectadas, lo cual genera un círculo vicioso que aísla aún más a estas personas.

Por otra parte, estudios realizados en ratones que han sometidos a aislamiento han desvelado problemas en la producción de neuroesteroides, una sustancia que reduce la mielinización cerebral. No podemos olvidar que el proceso de mielinización es vital para la plasticidad del cerebro, lo cual podría explica por qué las personas que se sienten solas son más inflexibles que el resto y tienen mayores probabilidades de desarrollar comportamientos ansiosos.

Además, en los estudios realizados con animales también se ha encontrado una disminución en el crecimiento de las neuronas, específicamente las que se encuentran en las áreas relacionadas con la comunicación y la memoria. Esto explica no solo los problemas sociales vinculados a la soledad sino también los déficits cognitivos. Asimismo, se ha hallado una reducción de las ondas delta durante el sueño profundo, lo que provoca cambios en la respuesta inflamatoria cerebral y aumenta el riesgo de que ocurran derrames.

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