El estrés: ¿Cuáles son los órganos más afectados?

estrés y saludEl estrés es una de las grandes epidemias de este siglo. Se estima que, en el mundo, aproximadamente el 40% de las personas sufren estrés. De hecho, suele ser un enemigo silencioso cuyos síntomas tardan en aparecer pero afecta no solo el equilibrio psicológico sino también la salud física. Esa sensación de tensión constante también termina impactando en nuestros órganos y disminuyendo considerablemente nuestra calidad de vida.

1. Piel. La piel es uno de los órganos más afectados por el estrés, sobre todo porque este produce una reacción inflamatoria que genera la obstrucción de los poros. Como resultado, se puede acumular la grasa o el pus. Por eso, las personas estresadas suelen tener más problemas dermatológicos y desarrollar acné o eczema.

2. Corazón. El estrés suele aumentar los niveles de colesterol en sangre, así como los triglicéridos y la presión arterial. Como resultado, no es extraño que las personas que han estado sometidas a un estrés constante durante mucho tiempo terminen desarrollando problemas con su ritmo cardiaco y, si no los atajan a tiempo, puede sobrevenir un infarto.

3. Intestinos. Uno de los principales órganos diana del estrés son los intestinos, en particular el colon. De hecho, la tensión mantenida puede provocar dolor abdominal, inflamación, gases e incluso se encuentra detrás del conocido síndrome del intestino irritable. El problema es que el estrés afecta las bacterias beneficiosas que viven en el intestino, alterando el equilibrio normal de nuestro organismo.

4. Hígado. ¿Sabías que el estrés puede afectar un tipo de células que se encuentran en el hígado denominadas linfocitos citolíticos? Estas son las encargadas de destruir los microorganismos que pueden atacar a las células sanas del hígado. Por tanto, si el número de los linfocitos citolíticos disminuye, la vulnerabilidad de una persona a sufrir problemas hepáticos aumenta.

5. Riñones. El estrés provoca un aumento de la cantidad de cortisol, una hormona que influye en el mecanismo de excreción de fosfato. Por tanto, los riñones se pueden ver afectados y como resultado, la absorción de calcio y la filtración de la orina se reducen, a la vez que la retención de sodio y líquido se hacen mayor.  Además, el riesgo de infección en los riñones aumenta, al igual que la fatiga y debilidad muscular.

Imagen del artículo

El estrés: ¿Cuáles son los órganos más afectados?
  Consejos, Enfermedades