Comer viendo la televisión: ¿Por qué es un mal hábito?

comerMuchas personas, sobre todo los niños y jóvenes, prefieren comer mientras ven en la televisión su programa favorito. De hecho, este es un hábito que ha sentado casa en muchos hogares donde en el horario de cenar, en vez de ser una oportunidad para reunirse alrededor de la mesa y compartir experiencias, se ha convertido en un círculo alrededor del televisor.

Sin embargo, más allá de la incidencia negativa que este hábito pueda tener en la calidad de la comunicación familiar, también provoca algunas consecuencias negativas para la salud y la calidad de vida de cada persona.

3 consecuencias negativas de comer viendo televisión

Un estudio reciente realizado por el Departamento de Marketing y Ciencia Nutricional de la Universidad de Illinois, en Estado Unidos, ha llegado a la conclusión de que comer viendo televisión relega la alimentación a un papel secundario y fomenta hábitos de vida poco saludables. Así, los investigadores encontraron que cuando se come frente al televisor:

1. No se controla la cantidad de comida consumida. El hecho de comer frente al televisor hace que este acto se realice de manera casi automática, o sea, a un nivel prácticamente inconsciente que imposibilita determinar con exactitud la cantidad de comida que se consume. Así, como la atención está enfocada hacia el televisor, la sensación de saciedad tarda más en aparecer y como resultado se come más de lo usual.

2. Se pierde el placer de la comida. Alimentarse frente al televisor hace que nuestra atención esté orientada hacia lo que vemos y escuchamos y no hacia lo que comemos. Aunque puede parecer un detalle sin importancia, lo cierto es que minimiza el sabor de los alimentos y el placer que sentimos con estos, lo cual hace que percibamos que la comida tiene menos sabor.

3. Se opta por alimentos poco saludables. Por lo general, la publicidad encaminada a la alimentación que vemos en el televisor no está dirigida a promover alimentos muy saludables. Por eso, no es extraño que las personas que comen viendo la tele opten por menús más calóricos y dañinos.

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