¿Cenar o no cenar?
¿Es bueno para perder peso irse a dormir con el estómago vacío? En muchos ámbitos se responde con un rotundo “SI”, y se aconseja no cenar, o hacerlo en cantidades mínimas. Sin embargo, eliminar la última comida del día no debería ser un principio inamovible, sino que es una alternativa viable en ciertos casos.
La recomendación más habitual es de moderar mucho las calorías que se van a consumir antes de dormir. O bien no consumir ninguna en las últimas horas del día. Esto se debe a que conforme nos acercamos al momento de ir a la cama, el metabolismo disminuye y el cuerpo requiere menos calorías.
No obstante, así como no todos los organismos tienen los mismos requerimientos energéticos totales, tampoco todas las personas llevan a cabo la misma actividad. Por ejemplo, para quien acude al gimnasio o hace ejercicios a última hora del día, luego de una jornada de trabajo, una cena con carbohidratos y proteínas resulta necesaria.
Debemos entender que por la noche, nuestro cuerpo repara el músculo que el entrenamiento deportivo gastó, y busca recuperar el estado de equilibrio que la actividad física altero. Esto se conoce como supercompesanción, y es la clave de las mejoras en el rendimiento físico.
Lo que ocurre si no consumimos un número moderado de calorías antes de dormir, es que el cuerpo se verá obligado a tomar parte de esa energía necesaria de nuestros músculos, algo que todo el mundo quiere evitar.
Por supuesto, si debemos ser estrictos en prohibir las enormes comidas nocturnas para quienes no sean atletas de élite. Pero la cantidad de calorías consumidas por la noche debe moderarse, de modo que el cuerpo no entre en un estado de catabolismo (pérdida de músculo) por falta de nutrientes, y sólo use las grasas.
Al fin y al cabo, el equilibrio es la mejor manera de llegar al peso ideal.