Alimentos que influyen en el estado de ánimo
Es bien conocido que el estado de ánimo influye en nuestra alimentación, compulsándonos a comer más o menos. No obstante, la alimentación también puede incidir en nuestro estado de ánimo ya que las carencias de vitaminas o minerales pueden dar lugar a síntomas como la apatía, la irritabilidad, el nerviosismo, la falta de atención o incluso pueden provocar problemas de memoria.
Nuestro cerebro para su funcionamiento utiliza fundamentalmente la glucosa, una molécula en la cual se descomponen los carbohidratos. Esta es la principal razón por la cual los carbohidratos como las pastas, el arroz, las legumbres e incluso los alimentos dulces no pueden eliminarse totalmente de la dieta.
No obstante, debe conocerse que para “alimentar” nuestro cerebro es preferible consumir carbohidratos complejos ya que estos permiten que la glucosa se libere de manera lenta y no crean los picos de glucemia. A esto también contribuye que se ingieran los alimentos distribuidos en cuatro o cinco comidas diarias ya que no es saludable dejar pasar más de 4 horas entre comidas.
Debe destacarse que después de un ayuno los alimentos con carbohidratos no deben faltar ya que una hipoglucemia mantenida durante horas puede dar lugar a nerviosismo, irritabilidad, cansancio y falta de concentración.
Por otra parte, la concentración de serotonina en el cerebro es directamente proporcional a la concentración de triptófano existente en el plasma y en el cerebro debido a que este aminoácido esencial se convierte en serotonina mediante determinados ciclos metabólicos. Y, específicamente, la serotonina, influye en el estado de ánimo provocando el buen humor. Así, una forma de mantenernos con buen humor es consumir alimentos que posean el triptófano como los huevos, los productos lácteos, las carnes, los frutos secos, la soya, la banana, la piña y el aguacate.
No obstante, las vitaminas del grupo B son aquellas que más influyen en nuestro estado de ánimo. Por ejemplo, la escasez de vitamina B1 produce depresión, irritabilidad y problemas de concentración. La falta de vitamina B6 causa fatiga y nerviosismo mientras que la ausencia de vitamina B12 puede llegar a desencadenar la neuropatía sensitiva.